El nuevo escenario educativo ha evidenciado que la desigualdad en el contexto nacional y regional, ha mostrado diferentes formas de expresión y visibilizado lo vulnerable del sistema. Uno de los problemas ha sido el acceso a la red y las competencias digitales durante la pandemia.
“Ha quedado en evidencia que las competencias digitales para desarrollar y adquirir aprendizajes son profundamente desiguales en nuestro país. Ha evidenciado y destacado aún más las diferencias culturales, sociales y económicas, entre distintas generaciones de personas y grupos sociales para abordar estos desafíos”, comentó el decano de la Facultad de Educación, Dr. Pablo Camus.
Bajo esa misma línea, para el doctor en Sociología, el desafío es afrontar la brecha de desigualdad desde el campo de la educación. “Aquí los docentes deben trabajar de forma colaborativa para reducir brechas digitales y de acceso. Las desigualdades sociales son compartidas por todos los actores que participan en el sistema público y subvencionado principalmente”.
El sistema educativo es el encargado de transmitir conocimientos, habilidades y destrezas para el adecuado desarrollo social, cultural, político y económico. Es por esto que, “es importante destacar que es nuestra institucionalidad educativa, y no la familia, la encargada de diseñar, implementar y evaluar el proceso educativo. De lo contrario, las brechas de desigualdad en educación, se verán amplificadas por las condiciones de las familias, como: capital cultural, económico, social, entre otras”, precisó.
Respecto al cumplimiento del curriculum, señaló que es relevante cumplirlo, pues todos los sistemas educativos del mundo se plantean un conjunto de procesos de aprendizajes para alcanzar ciertas metas. Sin embargo, hay que garantizar la calidad del mismo, donde es necesario no sólo atender la definición y selección, sino la forma de transmisión.
“Hoy esta relación pedagógica, entre los que se considera importante que todos y todas adquieran, y la forma en cómo se transmiten, se está viendo afectada por la distancia física, cultural, social y emocional entre profesores y estudiantes producto del confinamiento. Es en este punto donde la función docente cobra importancia”, explicó.
Propuesta política pública educativa
Para el decano de la Facultad de Educación de la UA, la crisis provocada por el Covid-19 lleva a reflexionar más que nunca sobre el sentido de la educación y sus políticas, las que deben estar orientadas a permitir y proveer oportunidades de aprendizajes a niños, niñas y jóvenes, independiente de su condición física, social, cultural y económica.
“Deben haber políticas de redistribución, que garantice a las familias y las escuelas una igualdad en recursos tecnológicos, culturales y económicos; políticas de reconocimiento que busquen compensar la desigualdad y políticas de cuidado, que den soporte emocional a los colectivos que configuran el espacio educativo, evitando la desvinculación o deserción de estos”, explicó.
El actual panorama demanda el compromiso de todos los actores que dan vida al mundo educativo para enfrentar la crisis humanitaria. “Ante este contexto, los agentes del Estado en conjunto, con cuerpo docentes, las familias y sus estudiantes deben asumir la responsabilidad como agentes críticos y reflexivos de encontrar el sentido a la educación y entregar garantías y protección a todos y todas”, concluyó.
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