Desde el norte, el corazón de la economía circular

Gonzalo Yun, gerente Endeavor Atacama

La meta de convertir a la región en la capital de la economía circular es un propósito que desde los últimos años ha convocado al ecosistema de innovación y de emprendimiento tanto a nivel país como mundial, como una de las principales herramientas para construir un modelo de desarrollo que promueva un nuevo tipo economía, una de triple impacto donde los fines sociales, económicos y ambientales tengan igual de relevancia.

Este posicionamiento que hoy es reconocido en variadas industrias, regiones y países está dado por diversas acciones que se han realizado como ecosistema, desde la instalación del Centro de Innovación y Economía Circular (CEIC), hasta los diversos programas regionales que buscan potenciar los negocios con base científico tecnológica y circularidad, y normativas como la Ley de Responsabilidad Extendida al Productor que ha permitido dar un salto en cuanto a la valorización de los residuos.

Junto a ello, es importante destacar la vinculación que se ha generado entre el sector público – privado, emprendedores e instituciones, para crear una política nacional en torno a esta temática a través de una “Hoja de Ruta de la Economía Circular”. Este acuerdo, supone guiar el camino de los próximos 20 años hacia una sociedad que use, consuma y produzca de manera sostenible y consciente, proyectando para 2040 una meta de 180 mil empleos, la disminución en la generación de residuos en un 25% y el aumento del reciclaje en un 75%.

Tarapacá es una zona llena de oportunidades que alberga diversos proyectos de energías renovables como los parques eólicos y de energía solar. Además, es una región que lidera el manejo e implementación de la industria de la desalinización de agua para uso industrial y residencial y la carrera en la generación de Hidrógeno Verde.

Entonces ¿Cómo seguimos desarrollando y potenciando estas iniciativas que tienen como base la economía circular? Un paso clave es impulsar a las empresas Mining Tech, aquellas que cuentan con innovación, tecnología y visión sostenible para estar a la altura de exigencias actuales tanto locales como globales.

Estos nuevos tiempos, requieren un nuevo tipo de emprendedor y empresario, que apueste a ser parte de la cuarta revolución industrial y a la economía circular con el fin de buscar el triple beneficio. El objetivo central de estos “Nuevos emprendedores”, quienes ya están siendo parte de la reactivación, es crear modelos de negocio más eficientes, innovadores y sostenibles, que dejen atrás el modelo de “hacer, usar y desechar”, buscándole valor y oportunidades a las cosas que hoy existen y disminuyendo el impacto en la naturaleza.

Como construir empresas de estas características es lo complejo, siempre es clave tener en consideración que lo primero que debemos buscar es desarrollar tecnología que nos permita hacernos cargo de alguna problemática de la sociedad, y que a partir de esa solución podamos aportar en la generación de empleos de calidad y desarrollo de talento, generando impacto positivo en el medio ambiente y a la vez que desarrollamos y complejizamos la economía.

A nivel país, entendiendo que la política nacional de economía circular es algo real y oficial, con una hoja de ruta elaborada en forma participativa y transversal, el resto de las industrias, como la forestal, agrícola, o la construcción, también deben comenzar hacerlo suyo y masificar su uso.

Desde la macro zona norte seguiremos impulsando y mostrando su impacto por medio de un permanente trabajo y vinculación con instituciones y emprendedores de la Región de Tarapacá. Por esta razón y en conjunto con ProChile Tarapacá y el gobierno regional realizamos con éxito la Experiencia Endeavor Tarapacá que tuvo como fin potenciar el emprendimiento e inspirar a futuros emprendedores a sumarse al triple impacto desde nuestra región a todo Chile, teniendo como referencia a líderes y modelos de rol que ya lo están haciendo.

Instalar la economía circular es una necesidad mundial que significará un mayor desarrollo y a su vez una mejora en la calidad de vida de las personas. El aporte de las universidades regionales, en investigación y desarrollo, y la coordinación entre los diferentes actores nos permitirá transitar hacia la circularidad que tanto añoramos.