Simular las condiciones que experimentaría una persona a 5.000 metros de altura, pero en un ambiente controlado y seguro, en pleno Campus Coloso. Esa es la posibilidad que ofrece la cámara de hipoxia-hipobárica incorporada hace pocas semanas al Centro de Investigación en Fisiología y Medicina de Altura, Fimedalt, de la Universidad de Antofagasta.
El equipo, que tuvo un costo superior a los 400 millones de pesos, se asemeja a un contenedor de 7 metros de largo por dos de ancho, y está dotado de una bomba de vacío que reduce la presión atmosférica en su interior, generando un ambiente similar al que se encontraría a gran altitud.
La unidad tiene capacidad para 8 personas sentadas, posee sistemas de inyección de oxígeno puro sus ocupantes (en caso de existir algún síntoma de mal agudo de montaña), sistema de calefacción, dispositivos de monitoreo, comunicación con el exterior y dos válvulas de represurización.
Además, dispone de una antecámara que, frente a la necesidad de evacuar a alguno de sus ocupantes, permite igualar la presión interna de ambas cápsulas para realizar una extracción segura, sin afectar a los otros ocupantes del equipo.
ÚNICO EN CHILE
El Dr. en Ciencias Fisiológicas e investigador del Fimedalt, David Andrade, explicó que el equipo cuenta con varias particularidades que lo hacen único en Chile y especialmente adecuado para realizar todo tipo de estudios en el área de la fisiología.
“Las cámaras que se pueden encontrar en algunas clínicas de Santiago son de hipoxia normobárica, es decir, lo que hacen es inyectar nitrógeno, pero no hacen un cambio atmosférico. Nosotros en cambio tenemos la capacidad de generar un cambio en la atmósfera al interior de la cámara y, por lo tanto, saber si el cambio en la presencia de oxígeno, sumado al cambio en la atmósfera, tiene efectos en la fisiología humana”, declaró el científico.
La cámara fue fabricada a pedido de la Universidad de Antofagasta y es capaz de ir de nivel del mar a 5.000 metros de altura en apenas 20 minutos, aunque esta velocidad es solo referencial, pues lo recomendable en este tipo de estudios son los cambios a velocidades moderadas.
En cuanto a sus posibles usos, el Dr. Andrade destacó que el equipo se empleará para investigación en seres humanos y generación de modelos preclínicos, como también está la opción de prestar servicios a empresas del área minera y creación de nuevos protocolos para la aclimatización humana a gran altitud.
“Esta cámara nos permitirá responder varias interrogantes respecto a la adaptación del ser humano al trabajo en altura. Hoy, por ejemplo, no sabemos cuál es la velocidad óptima de ascenso, lo que es importante en el mundo del deporte, del turismo o en la minería. También podremos estudiar la aclimatación a la altura y anticipar qué tan mal se va a sentir una persona en la altura a través de estudios preclínicos”, afirmó.
La asistente de investigación de Fimedalt, Mg. Camila Salazar Ardiles, dijo que la cámara además abre la puerta a estudios en el área de la biología molecular, por ejemplo, para determinar las expresiones de los genes que están participando en la respuesta a la gran altitud.
“Hay personas que responden bien y otras que lo hacen mal, y con esta cámara podemos estudiar si hay expresión o sobreexpresión de algunos genes, cuáles son los genes que están participando y cómo podemos después apagarlos o encenderlos, mediante diferentes estrategias”, señaló.
TRABAJO PIONERO
Por su parte, el Vicerrector de Investigación, Innovación y Postgrado de la UA, Dr. Rodrigo Iturriaga Agüera, destacó el trabajo pionero que ha realizado la universidad en el campo de la medicina de altura, el cual se fortalece con la creación de un centro de investigación dedicado a específicamente a esta materia, como es Fimedalt.
“La universidad tiene gran interés en desarrollar en el norte de Chile un polo que agrupe a los investigadores en altura, no sólo de la UA, sino que también de otras universidades nacionales y de otros países. Queremos convertirnos en un centro internacional que estudie la aclimatización, la adaptación del ser humano y utilice modelos animales, celulares, genéticos, para entender esos mecanismos. Hasta ahora han existido esfuerzos individuales, pero nunca a través de un centro como este”, explicó Iturriaga, quien es uno de los principales investigadores del país en el campo de la hipoxia.
Respecto a la implementación del Fimedalt, el vicerrector afirmó que el proyecto de construcción y habilitación de su edificio en el Campus Coloso está al 50%, y dijo esperar que en un plazo de 6 a 9 meses el inmueble esté operacional.
En Fimedalt se llevarán a cabo investigaciones de ciencia aplicada, principalmente estudios de biología celular y fisiología humana, con énfasis en la creación de herramientas biomédicas y detección de marcadores moleculares. Tales estudios tendrán como objetivo brindar soluciones al trabajo del ser humano en ambientes extremos como la altitud, que es una condición a la que se exponen a diario miles de personas en la región y que tiene como una de sus problemáticas asociadas la pérdida de productividad, además de riesgos como el mal agudo de montaña.
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