Director de Colegio “Mi hijo 2” de Antofagasta
El “poder” de la música ha cautivado al hombre desde su aparición en la Tierra. No sólo es un proceso que permite comunicación y un deleite espiritual, sino también de aprendizaje, de recordar, interactuar, de mover nuestro cuerpo al compás de un ritmo determinado y dar vida a letras que invitan a la imaginación.
Así nace la Musicoterapia, que cada día tiene mayor protagonismo al interior de las salas de clases como un efectivo vehículo de aprendizaje. Según World Federation of Music Therapy, este término es entendido como “la utilización de la música y/o de los elementos musicales (sonido, melodía, ritmo y armonía), con un estudiante o un grupo, en un proceso para facilitar y promover la comunicación, la relación, el aprendizaje, la motricidad, la expresión, la organización y otros relevantes objetivos terapéuticos con el fin de satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas del individuo”.
Por esto la actividad biológica o psíquica en el hombre está implícitamente relacionada (directa e indirectamente) a través de una aptitud rítmica o arrítmica, esta implica adquirir estructuras perceptivas e intelectuales como el lenguaje, la concepción del tiempo y espacio, las vivencias corporales, la atención, la memoria auditiva, la sincronización y el dominio muscular. Una vez superados estos aprendizajes, habilidades o aptitudes, podemos decir que el individuo se logra comunicar a través de la expresión rítmica, como la conversación, el canto y el baile.
Uno de los objetivos de la Musicoterapia en la educación es desarrollar las capacidades auditivas, vocales, funciones respiratorias y control neuromuscular de los individuos, esto contribuirá a la adquisición, desarrollo y evolución del lenguaje. El o la estudiante al adquirir, desarrollar y perfeccionar habilidades o destrezas aplicables al trabajo con la música, colaborará a una mejor convivencia social para su vida presente y futura.
La música como terapia en apoyo a la educación produce cambios en las personas a nivel físico, psicológico y emocional. Además, es uno de los medios de comunicación con mayor aceptación, abriendo un canal positivo y estimulante en las personas, permitiendo que éstas logren desarrollar un proceso interpersonal. Como proceso interpersonal, tiene que ver con la empatía, intimidad, comunicación, influencia recíproca y las relaciones de roles, identificándose con alguna melodía, ritmo, canción o compositor en particular.
Podemos decir también que la música y la Musicoterapia como estrategias metodológicas en la educación potencian distintos tipos de inteligencia, pero especial la interpersonal, fomentando el desarrollo de sentimientos, deseos, metas, fortalezas y habilidades del individuo, esto acompañado con una estrategia metodológica de apoyo didáctico para la educación, logra impulsar los aprendizajes en los alumnos de mejor manera manifestándose claramente en la exitosa estrategia del programa educativo “Sólo basta con Cantar” en la Región de Antofagasta.
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