Importantes datos y conclusiones se obtuvieron en el seminario virtual organizado por Pro Salud Chile, auspiciado por Grünenthal, que analizó el Dolor Crónico no oncológico, su silencioso avance e implicancias para el sistema sanitario chileno, en una enfermedad que afecta al 26% de los chilenos, siendo motivo del 24% de las licencias médicas laborales a nivel nacional
En la jornada, expusieron el Dr. Álvaro Erazo: Académico CLAPES-UC y exministro de Salud, el Dr. Manuel Espinoza, académico del Depto de Salud Pública UC), el Dr. Carlos Aguayo: (presidente de la Sociedad Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (ACHED – CP) y la Dra. Concha Pérez, quien entregó la mirada internacional, como jefa de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de la Princesa de España.
El panel de conversación moderado por la vicepresidenta de Pro Salud Chile, Claudia Ramos, lo integraron. Cecilia Rodríguez: directora de la Fundación Me Muevo, Constanza Piriz: jefa de Dpto. Discapacidad y Rehabilitación del MINSAL y el Dr. Alejandro Rodríguez, jefe Unidad de Dolor Crónico no oncológico del Hospital de La Florida.
“Una de las causas más frecuentes de atención médica”
El Dr Erazo definió el dolor crónico, de acuerdo al manual de manejo utilizado en la atención primaria del Minsal, como “un fenómeno biopsicosocial complejo y una de las causas más frecuentes de atención médica. La Asociación Internacional para el estudio del dolor lo define como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial o descrita por el paciente en términos de tal daño. Se considera crónico cuando persiste por un periodo mayor a 3 meses. Es una condición frecuente, compleja y desafiante, donde la comprensión de los contextos biológicos, sociales, físicos y psicológicos, son vitales para obtener resultados exitosos”.
De acuerdo a datos de un estudio reciente basado en el indicador AVISA (Años Perdidos por Discapacidad o muerte prematura), el exministro reveló que “el dolor musculoesquelético produce 1.200.000 años perdidos por discapacidad, y solo el lumbago crónico genera más de 300 mil años de vida perdidos por discapacidad, pasando a ser la primera carga de enfermedad en Chile, superando incluso a la cardiopatía hipertensiva y a la depresión. Es decir, hemos sido ciegos y sordos para identificar la magnitud e impacto del dolor crónico no oncológico en Chile y el mundo”.
En la arista epidemiológica, el Dr. Alvaro Erazo destacó que la prevalencia en Chile de dolor crónico es de 32%, siendo principalmente de tipo osteomuscular (65%), donde el lumbago y la artrosis son las dos causas más mencionadas. “Respecto de los tratamientos del dolor, un 30% de los pacientes dice que los tratamientos no les sirven para nada. Hay un desacople entre las recomendaciones terapéuticas y los resultados que las personas sienten que están obteniendo”, dice.
Finalmente, el ex timonel de Salud, destacó que “el pasado 30 de abril el Ministerio de Salud declaró, en la comisión mixta de presupuesto, nuevas patologías para incorporar en el decreto GES 2025-2028 y dentro de ellas está el dolor crónico no oncológico para mayores de 45 años, lo que implica un importante recorrido para lograr la priorización en base a evidencia, factibilidad, complejidad y costos. Además adelantó que el presupuesto de Salud para el 2025 estaría incrementándose en un 4,1%.
El Dr Manuel Espinoza se refirió a los costos para el sistema de salud asociados al Dolor Crónico integrando elementos de intensidad, consultas, tratamientos farmacológicos, kinesiología y hospitalización. “Abordamos las cinco enfermedades que producen dolor musculoesquelético con mayor prevalencia, como lo son la osteoartritis de rodilla, fibromialgia, hombro doloroso, osteoartritis de cadera y lumbago. El costo total del dolor músculo esquelético supera los $535 mil millones para el año 2020”.
Detalló los costos directos por subsidio de incapacidad laboral producto de estas cinco enfermedades musculoesqueléticas, señalando llega a los $50,295 mil millones, monto que se desagrega por número de licencias, días de licencia, día de licencia esperado, costo por ausentismo laboral y costo esperado por licencia. “Cabe señalar que el 83,7% de estos costos son asumidos por FONASA, mientras que el restante 16,3% es asumido por Isapres”, comentó el facultativo.
Finalmente, entregó la cifra global del costo total esperado que genera el Dolor Crónico y que llega a los $663.471.100.207 millones (calculado al 2020) y que incorpora el costo directo de las cinco patologías mencionadas (+$535 mil millones), subsidio por incapacidad laboral (+50 mil millones) y costos indirectos por pérdida de productividad laboral (+78 mil millones).
“Es sin duda una cantidad importante de dinero, pero, a modo de referencia, en un estudio reciente se estableció que el costo para el Sistema de Salud del dolor crónico equivale al 50% del costo del cáncer para el sistema sanitario chileno”, reveló Espinoza.
Por su parte, el Dr Carlos Aguayo comentó los desafíos que implica el Dolor Crónico, tanto desde las políticas públicas, formación, unidades de dolor y recursos.
“Necesitamos leyes, reglamentos y directrices dirigidas a un mejor manejo del dolor crónico. Además, para lograr un mejor manejo, necesitamos que los médicos y profesionales que estén relacionados con el dolor, tengan una formación específica en esta materia en las mallas de pregrado, como también debiese existir posgrado de dolor en todas las universidades y un programa de capacitación en dolor a profesionales de atención primaria, secundaria y terciaria”, indicó el Dr Carlos Aguayo.
Enfatizó en que “el manejo del dolor crónico es interdisciplinario. No es suficiente con el analgésico que pueda entregar el doctor, el paciente necesita apoyo psicológico, psiquiátrico, fisioterapéutico, kinésico, terapia ocupacional, entre otros. Y la mejor forma de hacerlo es a través de unidades de dolor crónico no oncológico, que deben estar en todo el país, con una red de derivación eficiente desde la atención primaria”,
En tanto, la Dra Concha Pérez, conectada al seminario desde España, contó que el 12% de la población española mayor de 65 años tiene un dolor crónico severo, siendo la mayoría mujeres. “El dolor es una de las causas más frecuentes de utilización de recursos sanitarios y uno de los mayores problemas de salud, siendo la primera causa de cronicidad en España, con un costo de 3% del PIB.. El 20% de la población sufre dolor en España y la lumbalgia es la más prevalente a nivel mundial”, sostuvo.
Relató que en España hay 183 unidades del dolor entre los hospitales públicos y que los problemas que tienen son similares a los chilenos, la falta de especialidad y formación en dolor, escasez de profesionales, no existe un abordaje holístico para el paciente con dolor crónico, listas de espera, entre otras brechas.
“A nivel global -señaló la Dra. Pérez- la atención al Dolor Crónico debe ser transversal, por lo tanto incluir a todos los estamentos, no solo a las unidades de dolor, debe ser accesible a la población, no centralizada, protocolizada en base a evidencia y el paciente debe estar empoderado, porque favorece la asistencia y la adherencia al tratamiento”·.
A partir de lo entregado en las exposiciones , el panel de conversación que integraron Cecilia Rodríguez (Fundación Me Muevo), Constanza Piriz (MINSAL) y el Dr. Alejandro Rodríguez (Hospital de La Florida), profundizó en el fuerte impacto del dolor crónico en la vida de los pacientes y sus familias, destacando la necesidad de invertir en la cobertura de esta enfermedad. Compartieron vivencias y desafíos desde la mirada clínica y de contacto directo con pacientes y donde la empatía, la comprensión y el saber escuchar, toman un rol muy importante en términos de acompañamiento.
Finalmente se relevaron las diversas líneas de trabajo colaborativo que deben abordar y que se están trabajando en el Minsal para enfrentar de manera integral esta compleja problemática, entre ellas la evaluación de costos para el ingreso del dolor al GES 2025, entre otras aristas.
Jean-Jacques Duhart, vicepresidente de Pro Salud Chile sostuvo: “Hemos podido verificar la enorme relevancia de abordar el Dolor Crónico no oncológico de manera integral, dado su silencioso avance, afectando a 1 de cada cuatro personas en el país y con un alto impacto en materia de gastos y productividad país, reflejada en el dato de que cerca del 25% de las licencias médicas en Chile tiene que ver con esta enfermedad, la cual debe ser tratada de forma integral. Hemos explorado de manera profunda los alcances, desafíos y líneas de trabajo para, como país, hacernos cargo de este sensible problema sanitario que afecta a tantas personas en Chile y el mundo”.
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