Vacaciones en familia: una oportunidad

Diseño sin título - 1Por Bárbara Veloso Castro, psicóloga, profesional del Programa Fonoinfancia Fundación Integra Antofagasta

Llegan las vacaciones y con ellas la promesa del descanso: la posibilidad de soltar la rutina, de darnos una pausa necesaria y de conectar con quienes más queremos. Pero, a veces, en el afán de hacer que todo sea perfecto, terminamos más agotados. ¿Por qué puede ser tan difícil a veces descansar?

Para las niñas y niños, el descanso no se trata sólo de una pausa en la asistencia al jardín, colegio o de las rutinas cotidianas. Es la oportunidad de jugar, aburrirse, descubrir el mundo a su propio ritmo.

En el caso de las y los adultos, en cambio, a veces resulta más complejo: queremos que niñas y niños disfruten, pero también necesitamos un espacio propio. Puede que cueste aceptarlo porque, en la lógica de la estimulación y diversión constante, olvidamos que descansar es un derecho compartido.

Si no nos permitimos cuestionar la idea y, eventualmente, la exigencia de que todo sea entretenido, novedoso o estimulante, corremos el riesgo de terminar perdiendo una de las características más valiosas de las pausas: la oportunidad de crear y disfrutar sin prisa, sobre todo con niñas y niños.

NO HACER NADA TAMBIÉN ES HACER ALGO

Vivimos en un mundo que nos empuja a la productividad constante. Incluso en vacaciones podemos llegar a sentir que debemos aprovechar cada momento, que cada actividad debe tener un propósito, pero el descanso real ocurre en los espacios vacíos o momentos en los que simplemente dejamos que las cosas sucedan.

Para las niñas y niños, el juego libre y el aburrimiento no son tiempo perdido. Son espacios en los que crean, aprenden a escuchar sus propias necesidades, exploran sin la presión de un objetivo, pero con la seguridad de estar con sus adultas y adultos significativos. Para cuidadoras y cuidadores, además, es la oportunidad de recordar que la vida no siempre tiene que estar estructurada.

Hay una idea instalada: en vacaciones las niñas y niños deben ser la prioridad absoluta y que adultas y adultos debemos estar disponibles todo el tiempo, organizando actividades y evitando que se aburran. Y aunque el deseo de verlos felices es genuino, ¿qué pasa con nuestro propio descanso?

Cuidarnos también es parte de cuidar a otros. Leer, tomar un café sin interrupciones, respirar hondo sin pensar en el próximo plan. Pequeños gestos que nos recuerdan que no podemos entregar bienestar si estamos completamente agotados.

Para que las vacaciones sean realmente un descanso es necesario un equilibrio. Y para encontrarlo es importante tener en cuenta algunas ideas sencillas pero que puedan ayudar:

1. Dejar que niñas y niños se aburran no es fallar en la crianza: El aburrimiento ha sido demonizado. Sentimos que, si no están constantemente estimulados, algo estamos haciendo mal, pero la verdad, es que el aburrimiento es necesario. Es en esos espacios donde nacen la creatividad y la autonomía.

Debemos darles la oportunidad de inventar sus propios juegos, de descubrir qué les interesa. A veces, la mejor actividad puede ser la que ellas y ellos crean, siendo nuestro rol simplemente el organizar y sostener esos momentos, ofreciendo entornos seguros para la creatividad y exploración.

2. Crear recuerdos, no agendas perfectas: Cuando pensamos en vacaciones ideales, es frecuente imaginar viajes, actividades y momentos “para la foto”. Pero la verdad es que los recuerdos más significativos también pueden ser los más simples.

No necesariamente se trata de llenar los días de planes, sino de estar presentes en lo que realmente nos importa. ¿Qué recuerdas con más cariño de las vacaciones en tu niñez? Probablemente, no sean los planes perfectos, sino los momentos espontáneos.

3. La imperfección también es parte del descanso: No todo saldrá según lo planeado. Habrá días caóticos, momentos de frustración o discusiones inesperadas, pero en esa imperfección también hay valor. Las vacaciones no tienen que ser perfectas para ser valiosas. Aceptar el desorden, soltar la expectativa de que todo debe ser entretenido y vivir cada día como venga también puede ser parte del bienestar tanto de niñas y niños, como de las y los adultos.

Las vacaciones no son sólo una oportunidad para el descanso, el ocio y la conexión emocional de toda la familia, sino también para el desarrollo de niñas y niños quienes, desde su particular punto de vista, a través del juego y la curiosidad pueden experimentar el mundo de manera plena y segura, nutriendo su bienestar y favoreciendo su crecimiento en un ambiente de afecto, cuidado y libertad.

Si tienes dudas respecto a este tema o a algún otro relacionado con la crianza, puedes contactar a Fonoinfancia de lunes a viernes de 8:30 a 19:00 horas a través del teléfono gratuito 800 200 818 o ingresando a www.fonoinfancia.cl. Un equipo de psicólogas y psicólogos expertos en crianza, niñez y familias está disponible para acompañarte.

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