Dejar que los niños se aburran para que exploten la creatividad, jugar en familia, rescatar el diálogo genuino en vez de competir por el mejor meme y el monólogo virtual, mantener el contacto con abuelos y amigos y no realizar actividades académicas son las recomendaciones de la sicóloga de la Red Educacional Cognita, Marlene Muñoz, para que las familias enfrenten las adelantadas vacaciones de invierno.
La cuarentena con teletrabajo, clases online y distanciamiento social tiene a las familias chilenas enfrentando desafíos diarios a la paciencia, la capacidad de organización y el autocontrol. Grandes y chicos han debido adaptarse a las nuevas tecnologías, aprender a trabajar y a estudiar, respetando el espacio de cada uno dentro del hogar compartido. A ello se agrega la decisión de las autoridades de adelantar las vacaciones de invierno de los escolares, en un contexto de cuarentena, representa un nuevo reto que cada familia deberá resolver según su realidad, dinámica y capacidad.
Para ayudar a las familias en este nuevo escenario la sicóloga de la Red Educacional Cognita, Marlene Muñoz, entrega algunas directrices que apoyarán a los padres y a sus hijos a vivir de mejor forma estas inéditas vacaciones de invierno “puertas adentro”.
Según la sicóloga, no es recomendable tener a los hijos entretenidos o en actividades todo el tiempo, es muy importante darles espacios de libertad. “El ocio es algo sano, permite que los niños y niñas vayan desarrollando estrategias socioemocionales para salir del estado de aburrimiento, lo que a su vez incrementa la creatividad. Como adultos estamos acostumbrados a entregarles todo resuelto a nuestros hijos, restringiéndoles ese espacio de frustración en donde se pueden cultivar habilidades como adaptarse, reinventarse, reaprender y manejar la adversidad”.
Independiente del respeto que los padres deben tener por la libertad de sus hijos, la especialista también recomienda establecer espacios para jugar en familia. “Los momentos de juegos en familia serán unos de los mejores recuerdos que les dejemos a nuestros hijos de su infancia, y los juegos tradicionales son un puente transgeneracional perfecto para unirnos, reunirnos y divertirnos”.
En este contexto se recomienda valorar la virtud de la sencillez, austeridad, de reencontrarnos y renovar el valor de la familia, jugando juegos sencillos, tales como la escondida, juegos de mesa, cachipún, sillas musicales, veo veo, adivinanzas, contar chistes, decir trabalenguas, bailar, bachillerato, compartir historias de la infancia de los padres, etc.
Las vacaciones en cuarentena también entregan la oportunidad de restablecer el contacto, aunque sea por internet, con la familia cercana como los abuelos, tíos, primos y amigos. En este sentido, las redes sociales, a las que tenemos acceso hoy en día, nos ayudan a vincularnos con el entorno afectivo con el cual normalmente no tenemos. “No olvidemos que es muy bueno conversar, costumbre que hemos perdido hasta los adultos. La competencia de los mejores memes, el monologo virtual se viene trasformando en un elemento protagonista de aislamiento social. Hoy tenemos la oportunidad de hacer consciente esta situación y rescatar el diálogo genuino. Llamar a los abuelos o familiares y amigos que no vemos en mucho tiempo nos da esa oportunidad”.
PELEAS Y CONFLICTOS
En cuarentena, el riesgo de contagio y la imposibilidad de salir con libertad puede generar ansiedad y estrés, y con ellos vienen necesariamente los conflictos. En estas situaciones los padres pasan a ser verdaderos mediadores entre los hijos. Según la especialista de Cognita, “es muy normal que existan discrepancias entre los hijos, por lo que se sugiere no actuar como un árbitro, ya que esto sólo provocará más conflicto, incluso es muy probable que lo agrave. Lo importante es hacerles ver que los problemas se resuelven conversando, que es normal que los tengan y que como hermanos deben tener en cuenta que van a continuar conviviendo por mucho tiempo, y que deben aprender a resolver sus diferencias”.
Esta dinámica puede ser muy desgastante para los adultos: “Creo fundamental que los padres cuiden de sí mismos y no se exijan tanto. Están viviendo más presiones que las de costumbre: trabajar, realizar labores del hogar, cuidar a los niños y ayudarlos con sus quehaceres, puede ser una tarea titánica. Sean compasivos con ustedes mismos. Tomen conciencia respecto de sus propias emociones e intenten manejarlas entre adultos, ya que lo esencial ahora es entregarles un espacio de seguridad y contención a nuestros hijos”.
En cuanto a las tareas o actividades que muchos colegios envían a sus estudiantes durante las vacaciones, la sicóloga es clara: “Es un período de ocio que hay que respetar. Es muy necesario desconectarse de la exigencia escolar, no es bueno, sobre todo en estas circunstancias inusuales, hacer repasos, reforzar o buscar adelantar materias”.
“Creamos en las capacidades de nuestros hijos, y tomemos estas particulares vacaciones como un período en donde los padres puedan priorizar experiencias por sobre metas académicas. Lo importante es que los estudiantes descansen para retornar con mayor energía cuando se reanuden las clases”, puntualiza Muñoz.
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