La emergencia sanitaria del COVID-19, afecta a diferentes sectores de la comunidad, entre ellos los grupos de riesgo como son los pacientes con enfermedades crónicas, los inmunodeprimidos , con dolor crónico y en especial los que padecen de artrosis. Estos últimos, han tenido que estar en casa para evitar riesgo de contagio y muchos de ellos, postergando la continuidad de sus terapias físicas, lo que puede generar un deterioro en su salud.
Diego Morales Delgado, director técnico de la unidad de Kinesiología del Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta, señala que los pacientes con artrosis, hoy se encuentran sin rehabilitación física y con un aumento considerable de sus dolencias crónicas, “esto tiene su origen en el cierre de las unidades de rehabilitación de gran parte de las instituciones de salud, puesto que los kinesiólogos han tenido que ser distribuidos para ayudar en las áreas respiratorias donde tratan los pacientes COVID-19”, puntualizó.
En la actualidad , explicó Diego Morales, que la artrosis es una patología frecuente y la padecen un alto porcentaje de personas sobre los 50 años. “Esta es una patología inflamatoria progresiva crónica, que afecta principalmente al cartílago articular y provoca un cuadro clínico característico de rigidez, inflamación y dolor intermitente que aparece mayormente de manera matutina y al bajar las temperaturas” puntualizó.
Consejos
Para disminuir todos estos síntomas , el facultativo entrega los siguientes consejos: “No debes dejar de moverte: recuerda siempre realizar actividad física dentro del hogar, esto te ayudará a que tus articulaciones no se pongan más rígidas, mantenerse activo durante la cuarentena es algo vital”.
El reposo es muy importante, asegura. “Cuando presente periodos de mucho dolor o inflamación, recuerde que el reposo intercalado será su mejor amigo”, agrega el profesional.
Otro factor es cuidar la alimentación, si se sube de peso durante la cuarentena, se estará recargando de mayor peso la articulación. “Lo que podría empeorar el desgaste articular y por ende las dolencias”. Agrega que es necesario aplicar calor para disminuir el dolor y relajar la musculatura afectada. “Recomiendo aplicar calor húmedo, por ejemplo; un paño húmedo planchado. Además, en ocasiones la artrosis pasa por brotes inflamatorios y, en esos casos, sería útil aplicar frío local mediante paños húmedos.
“Mejorar los hábitos posturales y evitar sentarse en sillones muy bajos o hundidos, procurar no mantener las rodillas mucho tiempo flexionadas o dobladas, ya que esto hará que al levantarse o estirarse, provoque dolor durante el día”, indica.
Finalmente, Diego Morales recomienda aprender a conocer nuestra patología: “el paciente siempre debe conocer cómo se manifiesta su enfermedad. Logrado lo anterior, podrá manejar ésta con mayor facilidad y logrará controlar sus dolores crónicos”.
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