Licitación Corfo del Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) considera financiamiento de US$192 millones por parte de dicha Corporación para investigación y desarrollo.
Alcaldes, universidades y organizaciones gremiales y sociales de la Región de Antofagasta estuvieron presentes en la exposición sobre la propuesta de valor de la Asociación para el Desarrollo del Instituto de Tecnologías Limpias (ASDIT).
El consorcio, impulsado por la Corporación Alta Ley; la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA); la Universidad de Antofagasta; la Universidad Católica del Norte; y 9 de las universidades más importantes del país -además de 8 centros tecnológicos internacionales y 6 empresas del mundo energético y minero-, detalló los elementos más relevantes de su carta de navegación en torno al futuro del hidrógeno verde; la electro-movilidad; y la producción y exportación de energías renovables; así como en torno al desarrollo competitivo y sustentable de tecnologías limpias.
Características
El contenido estuvo a cargo de Víctor Pérez, director ejecutivo de ASDIT, quien describió el modelo de investigación, aplicación industrial y negocios del consorcio, el cual busca transformar a la Región de Antofagasta y la zona norte en un centro de referencia mundial para escalar industrialmente la creación de un nuevo mercado de exportación que es el hidrógeno verde. Todo lo anterior vinculado al aprendizaje y aplicación de conocimiento sobre litio, sales, generación de recurso hídrico y energía solar. Dentro del organismo destaca el apoyo de centros internacionales de investigación como el Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization (CSIRO) de Australia, y la Fundación Fraunhofer Chile Research, además de casi 40 entidades asociadas de todo el mundo.
Victor Perez, enfatizó que, ASDIT ha sido capaz de convocar a diversos e importantes actores de primer nivel, de la academia, del mundo de la investigación aplicada nacionales y extranjeros, a las empresas mineras y de energía a un innovador proyecto que, generando confianzas inéditas en la historia del país y aprovechando las condiciones únicas de la región de Antofagasta, crea, con los actores de la región, una nueva industria sustentable que transformará la estructura productiva y la calidad de vida del norte de Chile, del país y nos posicionará como proveedor de clase mundial.
Impacto regional
Durante la jornada, los participantes pudieron hacer consultas y manifestar sus observaciones en torno al proyecto, cuya propuesta apunta no solo al desarrollo de capital humano altamente calificado, sino también al fortalecimiento del emprendimiento y de una red de empresas proveedoras con una vinculación a instituciones de todo el mundo, que le permitan insertarse en la cadena de valor global.
“Nuestro sueño es que al año 2030 Chile sea líder mundial en minería verde y en generación y exportación de hidrógeno verde, abasteciendo a los países comprometidos con el cambio climático tras un proceso de transformación de su matriz energética y fortalecimiento de sus cadenas de valor. Esa es la oportunidad que tenemos hoy a través de este esfuerzo mancomunado”, destacó Marko Razmilic, presidente de la AIA, quien utilizó la expresión “Lithium Valley” para referirse a las enormes potencialidades del territorio, así como a la necesidad de superar las causas que originaron la experiencia fallida del salitre y los altibajos de la industria cuprífera.
“El instituto de tecnologías limpias viene a hacerse cargo de una transición energética y medioambiental necesaria en nuestra región. Va a ser un gran ejemplo de cooperación público-privada”, acotó Sergio Vega, alcalde de la comuna de Mejillones, quien en su rol de presidente de la Asociación de Municipalidades de la Región de Antofagasta (AMRA) valoró la inclusión de las comunidades al desarrollo de la iniciativa.
A su vez, el rector de la Universidad de Antofagasta, Luis Alberto Loyola, se refirió al impacto que tendrá el proyecto en la formación académica a todo nivel, específicamente en lo que respecta a atraer capital humano de alta calidad y generar formación especializada de profesionales en torno a nuevas tecnologías. Su opinión fue compartida por Jorge Tabilo, rector de la Universidad Católica del Norte (UCN). “Va a tener éxito en la medida en que cada uno de los actores lo empuje desde su realidad, pensando en el desarrollo regional”, expresó Tabilo.
Estructura organizacional
Acorde a lo señalado por Pérez, ASDIT proyecta un modelo de gobernanza colegiada que permitirá integrar las distintas y diversas visiones de los futuros integrantes del ITL, resguardando la neutralidad y cautelando la existencia de conflictos de interés. El Instituto se ejecutaría como una federación de unidades industriales y de negocios vinculadas entre sí y que abarcan las industrias de minería verde, energía solar, recursos hídricos, litio y almacenamiento energético e hidrógeno verde. La investigación y aplicación de modelos de negocios orientados al mercado son claves dentro de la estructura, permitiendo un intercambio de conocimientos horizontal y flexible bajo una organización liviana.
Además, contempla un mecanismo denominado ‘coopetion’ en donde los miembros colaboran para el desarrollo de este nuevo mercado del hidrógeno verde, junto con generar competencia entre proyectos que buscan el apoyo y financiamiento de las verticales de negocios que se proponen al interior del Instituto. La invitación, identificación, formulación y generación de proyectos bajo un modelo de innovación abierta permitirá generar una cartera de iniciativas siguiendo los principios de solucionar necesidades de mercado, invitando a los actores claves a presentar propuestas de actuación y co-inversión de empresas, entidades y el mismo ITL, bajo una clara lógica de vínculo con la Región de Antofagasta e impacto en la transición energética de ésta y el país.
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