Proyecto con amplia repercusión para zonas áridas, prepara primeros pilotajes en un liceo de la comuna de Mejillones y en las instalaciones del Campus Coloso de la Universidad de Antofagasta.
Mediante el uso de un consorcio de microalgas, dos de ellas aisladas completamente en los laboratorios del Centro de Bioinnovación de Antofagasta, CBIA, científicos buscan tratar o remediar aguas residuales que sirvan para ser usadas en el riego de áreas verdes, y junto con eso, generar un abono (biomasa) enriquecido para utilizarlo como fertilizante.
Esta línea de investigación pionera en la Región de Antofagasta, comenzó con un financiamiento de FONDEF y del Fondo Newton (Inglaterra) (por 150 millones de pesos). Gracias al nuevo conocimiento logrado, se han derivado nuevos proyectos y aplicaciones.
“Iniciaremos un piloto usando aguas residuales que genera nuestra universidad. Además, presentamos una propuesta al programa FONDEF de la ANID para trabajar en el liceo Juan José Latorre de Mejillones. Esta es una iniciativa relevante para la zona, debido a la escasez hídrica, la falta de nutrientes en los suelos y la necesidad de disminuir la contaminación marina”, explicó el director del CBIA, doctor Carlos Riquelme.
El agua tratada que se pueda obtener mediante la técnica desarrollada en el CBIA, en principio, sólo se utilizaría en el riego de áreas verdes. Sin embargo, a futuro, también podría tener uso agrícola, para lo cual, deberían ejecutarse investigaciones paralelas. En cuanto al fertilizante resultante como subproducto, se aplicaría como abono y además tendría un alto valor en el sector biotecnológico.
Se debe destacar que los principales socios del CBIA en este proyecto, son la empresa Paisaje Antofagasta y Aguas Antofagasta, está última especialmente en lo que será el escalamiento en la comuna de Mejillones.
Microalgas
La investigadora del CBIA, doctora Claudia Sepúlveda, precisó que las cepas aisladas de microalgas que se utilizan para la remediación de las aguas, fueron aisladas en la Unidad de Microbiología Aplicada del CBIA.
“Utilizando un consorcio de microalgas, descubrimos que mejora su rendimiento. Tenemos cepas de crecimiento rápido y que poseen una mejor capacidad de decantación, lo cual implica un menor costo del proceso”, explicó la investigadora de CBIA.
Respecto a las diferencias entre el proceso generado en la UA con las microalgas nativas y el proceso que existe actualmente, la doctora Sepúlveda señaló que “la principal innovación es que nosotros obtenemos la biomasa microalgal -con valor económico- como un segundo producto y no como un residuo, como ocurre actualmente”.
Dicha biomasa microalgal hoy tiene restricciones para ser utilizada en, por ejemplo, alimentación de ciertas especies animales, por ser un producto del proceso de la remediación de aguas. Sin embargo, en el CBIA están trabajando en generar dos posibles usos: como bioestimulante para áreas verdes y como abono en la industria agrícola.
“En este último caso, debemos bajar la presencia de algunos elementos, principalmente los coliformes. El desafío que tenemos es generar tanto el agua como el abono dentro de la norma chilena 13.33 sobre calidad del recurso” sostuvo la doctora Claudia Sepúlveda del CBIA.
Se debe destacar que el desarrollo de esta línea de investigación ha permitido que estudiantes de las carreras de pregrado y postgrado de la Universidad de Antofagasta, desarrollen sus tesis de grado, constituyéndose así también en un valioso aporte a la Docencia.
Leave a Reply