Gracias a los cuidados recibidos en el Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Antofagasta, el animal superó las serias lesiones con que llegó desde Chiloé, en abril del año pasado.
Una tortuga verde olivácea que permaneció nueve meses en recuperación en el Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Antofagasta, fue devuelta al mar frente a las costas de la ciudad tras superar el delicado estado de salud en que llegó desde Chiloé, en abril el año pasado.
El ejemplar fue encontrado por funcionarios del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) con una grave fractura en la parte frontal de su caparazón, y traslalada más de 2.600 kilómetros en avión a Antofagasta para ser atendida por los especialistas de la UA, que cuentan con experiencia en el tratamiento y rehabilitación de estos animales.
El director del centro de rescate y académico de la Universidad de Antofagasta, Dr. Carlos Guerra Correa, señaló que la tortuga presentaba una lesión compleja, probablemente provocada por la colisión con una embarcación mayor. “Esta tortuga desarrolló una rehabilitación de tejido óseo, que generalmente es un proceso lento. Tenía una fractura muy delicada, sin embargo, logramos recuperarla. En nuestro centro tenemos una unidad específica para estos animales, con piscina de agua de mar y temperatura controlada, y eso favoreció mucho su recuperación”, explicó.
El académico agregó que la tortuga fue sometida a procedimientos de limpieza y desinfección de la herida y recibió una dieta consistente en algas marinas, lo que ayudó a que subiera de peso y alcanzara un estado de salud óptimo para su liberación.
LIBERACIÓN
Así, tras meses de cuidados, la tortuga fue asegurada y conducida en una lancha privada al sector Bahía Moreno, al norte de Antofagasta, lugar que fue elegido para facilitar su trayecto hacia las zonas reproductivas de su especie, ubicadas en las costas ecuatorianas.
“Antofagasta está ubicada en el corredor de regreso de las tortugas. Esta tortuga fue encontrada en el sur de nuestro país, en la zona de Chiloé, por lo tanto, era necesario apurar su desplazamiento hacia aguas más cálidas para su reproducción”, señaló el Dr. Carlos Guerra.
Estos reptiles llegan a las costas chilenas porque, a medida que van creciendo y cuando su caparazón supera los cuarenta centímetros, modifican su dieta y entonces se acercan a las costas en buscando algas marinas para su alimentación.
“A la zona norte y centro de Chile llegan las tortugas desde el océano abierto. Por eso es bastante normal hallarlas en esa área, sin embargo, también podemos encontrar animales errantes, que van encontrando alimento y se desplazan hasta latitudes extrañas para ellas. Creemos que eso ocurrió con esta tortuga, que terminó en Chiloé”, dijo el académico de la UA.
El ejemplar fue marcado con un sistema de identificación subcutáneo denominado PIT TAG y devuelto cuidadosamente al mar, donde se sumergió de inmediato.
Los encargados de tratar y recuperar a la tortuga fueron los veterinarios Alonso Montalván, del Centro de Rescate y Rehabilitación de la Universidad de Antofagasta, y Michael Zamorano, del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura.
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