· Instancia recibirá una inversión histórica de 126 millones de dólares y se enfocará en desarrollar, concretar y transferir tecnologías que impacten la minería y el hidrógeno verde a través de la producción limpia y la economía circular, entre otros aspectos.
Con la aprobación de la hoja ruta para la implementación y puesta en marcha, en la cual se plantearon los objetivos, desafíos y pasos a seguir en la formación del Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) , comenzó la materialización definitiva de este consorcio tecnológico que por primera vez en Chile, proyectará el desarrollo científico logrado en el país y el mundo hasta el umbral del patentamiento, aplicación y transferencia, y así, avanzar hacia una economía basada en el conocimiento desde la Región de Antofagasta.
El director ejecutivo de la Asociación para el Desarrollo del Instituto de Tecnologías Limpias (ASDIT) es el ingeniero comercial Víctor Pérez, entidad de la que forma parte, junto a 11 universidades nacionales, la Universidad de Antofagasta.
Para saber más de cómo avanza la implementación inicial del ITL, su gobernanza, sistema de priorización de las tecnologías y vinculación con el ecosistema de innovación, Radio Universidad de Antofagasta conversó con el ejecutivo.
¿Cuál será la participación de la Universidad de Antofagasta y la Universidad Católica del Norte en el ITL?
Nuestra postulación nació en Antofagasta, por lo tanto, ambas instituciones tuvieron y tendrán un rol protagónico, junto al ecosistema de innovación y emprendimiento y las comunidades. Apostamos por la minería y el hidrogeno verde, así, queremos encausar los sueños de muchas generaciones en cuanto al desarrollo y lograr una mejor calidad de vida para la región, el país y el mundo.
Nuestra visión de descentralización de la innovación parte en Antofagasta, y desde allí, se va ampliando hacia otras regiones donde también existen centros de investigación y empresas que se quieren sumar a esta gran iniciativa.
¿Quiénes van a formar este instituto y donde estará su base de funcionamiento?
Son 15 instituciones universitarias nacionales, sumándose además centros internacionales como el Csiro y Fraunhofer. También, contamos con la participación de BHP y Antofagasta Minerals, además estamos conversando con CODELCO, Anglo American y las más importantes empresas energéticas que operan en Chile.
Junto a lo anterior, se suman centros de pilotajes y la Asociación de Industriales de Antofagasta. De esa forma, se ha conformado por parte del Estado de Chile, el mayor instrumento de innovación en la historia del país a través de Corfo.
¿Qué características tendrá la gobernanza del ITL?
Algunas de sus características serán la mantención de los equilibrios entre todos los actores; la flexibilidad, rigurosidad en el uso de los recursos financieros y un modelo de innovación que trascienda al mercado e impacte en las industrias. Esto es muy importante, pues las tecnologías que impulsaremos están cercanas a implementarse en términos de su escalamiento industrial.
Otro aspecto trascendental, es el desarrollo del capital humano avanzado, pues tenemos que pensar más allá, cuando exportemos conocimiento desde la Región de Antofagasta hacia el mundo.
¿Existirá un directorio?
La Gobernanza estará basada en una Asamblea General de socios, luego está configurado un Directorio con representantes de todos los miembros, más dos directores nombrados por el Presidente de la República. Complementariamente, figuran los comités técnicos y estratégicos, para luego pasar a las plataformas tecnológicas que trabajarán los temas de recursos hídricos, hidrógeno verde, solar y minería verde.
Esperamos antes de diciembre, contar con la Personalidad Jurídica, los estatutos definitivos y comenzar a funcionar en base al financiamiento de Corfo apalancado por recursos privados asociados a las iniciativas y proyectos que desarrollaremos.
¿De quá manera se priorizarán los proyectos que impulsará el ITL?
Habrá un gran filtro para seleccionar, tanto los proyectos como los emprendimientos, en base a las necesidades urgentes de la industria en el ámbito de las energías renovables, optimización de los recursos hídricos, disminución de la huella de carbono, economía circular, entre otros.
Tendremos criterios inversionales que serán la base para optar por un proyecto u otro, bajo la lógica de la cooperación y competencia. Luego se tendrá un segundo gran filtro que abordará los temas técnicos asociados a las tecnologías, de manera de que al final del proceso lleguen para la aprobación del Directorio los mejores proyectos.
Será el Directorio donde se definirán los proyectos que impulsará el ITL.
¿Qué infraestructura que tendrá el ITL para su funcionamiento?
El ITL parte ocupando y articulando las capacidades existentes en sus instituciones socias, es decir, no parte de cero. En Antofagasta tenemos, por ejemplo, Atamostec, que cuenta con una infraestructura científica y de escalamiento industrial de primer nivel, igual que el Centro de Desarrollo Energético de Antofagasta, CDEA. Esto nos permitirá ejecutar proyectos rápidamente.
No construiremos edificios que puedan convertirse en elefantes blancos, sino que articularemos todo el potencial que existe en la industria, centros tecnológicos, de pilotaje y las universidades socias, entre otras capacidades.
Para finalizar, y si se cumplen las expectativas ¿cómo sería la Región de Antofagasta, en 10 años más, con el ITL a plena capacidad?
La veo como un territorio más desarrollado y la matriz desde donde partió un sueño que se fue ampliando cada vez más.
La veo como un eje del conocimiento para enfrentar la crisis climática y con industrias más sustentables y legitimadas por sus comunidades y los territorios, que van desde el ecoturismo, agroindustria, minería verde y energías renovables basadas principalmente en la radicación solar. Veo una región y sus comunidades muy vinculadas a ese desarrollo, y así, con una mejor calidad de vida, que protege además su patrimonio natural, y que por lo tanto, es un ejemplo de desarrollo sostenible para Chile y el mundo.
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