“Secuestro de carbono”: la nueva tendencia que permite a las empresas operar más sosteniblemente

Secuestro de carbono 2 (1) (1)El proceso consiste en capturar CO2 de la atmósfera para almacenarlo en los suelos. La agricultura y la piscicultura son dos industrias que pueden adoptarla en sus procesos productivos, según la consultora global de sostenibilidad SLR.

Históricamente se ha combatido el cambio climático a través de la reducción de emisión de los gases de efecto invernadero, los cuales atrapan el calor en la atmósfera y contribuyen al aumento de las temperaturas. Aunque eficaz, esta lógica no es la única. Hoy, cada vez hay más empresas que revierten la ecuación a través del secuestro de carbono, un innovador proceso que permite capturar el CO2 de la atmósfera, para mitigar su impacto medioambiental.

“El secuestro de carbono es el proceso de capturar el CO2 de la atmósfera y transferirlo al suelo. De este modo, las plantas convierten el dióxido de carbono atmosférico en compuestos orgánicos, mejorando la resiliencia de los ecosistemas agrícolas y mitigando los efectos de los gases de efecto invernadero”, explica Ana Amar, directora para América Latina de SLR, consultora global de sostenibilidad.

El secuestro de carbono no es una técnica desconocida en el resto del mundo. En asociación con The Nature Conservancy, Microsoft lanzó en 2020 su proyecto “Carbon Farming Innovation Network”, que busca impulsar la innovación en prácticas agrícolas que aumenten el secuestro de carbono y mejoren la calidad de los sistemas agrícolas.

Existen países, incluso, que han incorporado la captura de CO2 a través de sus políticas públicas. En Estados Unidos, el Departamento de Agricultura implementó el Programa de Incentivos para la Conservación de Suelos (CSL, por sus siglas en inglés), que proporciona subsidios a los agricultores para que aumenten el secuestro de carbono de sus tierras a través de la siembra y rotación de cultivos.

“El secuestro de carbono se ha extendido ampliamente en otros países. Es relevante que las empresas latinoamericanas y chilenas también se sumen a la tendencia e incorporen este proceso en su cadena de valor, para que no queden rezagadas en el combate contra el cambio climático”, dice la directora para América Latina de SLR.

La industria agrícola puede implementar este proceso a través de la siembra de cultivos de cobertura. Esta técnica consiste en sembrar plantas en un campo durante períodos en los que el cultivo principal no está creciendo activamente. De este modo, se mantiene el suelo cubierto durante más tiempo, promoviendo la captura de CO2 a través de un aumento de la materia orgánica y evitando la erosión.

Otra técnica que almacena el carbono en los suelos es la cero labranza, que consiste en la siembra que se hace directamente en los suelos, sin necesidad de remover o eliminar el rastrojo que lo cubre.

“El secuestro de carbono es una inversión atractiva para las empresas. No solo genera un impacto real en la mitigación del cambio climático, sino que además permite mejorar la salud de los suelos y favorecer la biodiversidad”, dice Amar. 

Aunque en menor medida, el proceso también puede replicarse en la industria acuícola, a través del cultivo intensivo de algas y su posterior hundimiento en el fondo marino, buscando aprovechar su capacidad de absorber dióxido de carbono durante su crecimiento.

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