Chile cuenta con la Ley Ricarte Soto, que permite acceder a un sistema de protección financiera que garantiza el diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades. Sin embargo, aún falta un enfoque global para incluir terapias médicas innovadoras, que han demostrado una alta precisión y mejor calidad de vida, evitando complicaciones y reduciendo el costo total asociado a la enfermedad a largo plazo.
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Según la Agrupación Chilena de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (ACTECCU), en el país hay entre 11.000 y 15.000 pacientes en Chile que sufren Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa.
En el mundo hay aproximadamente 5 millones de personas diagnosticadas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII)1. Sin embargo, más del 50% de los pacientes tardan de uno a tres años para tener el diagnóstico correcto, debido a diversos motivos, como no prestar la debida atención a las señales o a la falta de evaluación adecuada por parte de un profesional de la salud3.
Las EII constituyen un conjunto de patologías crónicas inflamatorias del tracto gastrointestinal, entre las cuales, las más características son la Enfermedad de Crohn y la Colitis ulcerosa5. Estas son condiciones que, a pesar de afectar profundamente la calidad de vida de los pacientes, siguen siendo invisibles para la sociedad.
Según la vicepresidenta de la Agrupación Chilena de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (ACTECCU), entre 11.000 y 15.000 pacientes en Chile actualmente sufren este tipo de enfermedades, lo que representa un desafío considerable para el sistema de salud chileno. Y si bien estas enfermedades están cubiertas por la Ley Ricarte Soto, el sector médico está promoviendo la inclusión de nuevas terapias, que actualmente no están acogidas a la ley, y que podrían ofrecer una mejor calidad de vida a quienes conviven con estas patologías.
De acuerdo a la organización, estas nuevas opciones ofrecen enfoques innovadores y más seguros que no solo mejoran los síntomas, sino que, contribuyen a que los pacientes puedan retomar sus actividades cotidianas y llevar una vida sin limitaciones.
Paulina Núñez, gastroenteróloga y vicepresidenta de ACTECCU, sostiene que “en la actualidad existe una jerarquía de terapias para tratar las enfermedades inflamatorias intestinales. Sin embargo, ahora contamos con opciones más efectivas e innovadoras, como las terapias biológicas y las moléculas pequeñas que se han desarrollado a nivel internacional, las cuales ofrecen una amplia gama de soluciones para aquellos pacientes que no responden a los tratamientos tradicionales o que van perdiendo su respuesta”.
Entre las innovaciones que se encuentran disponibles en el país, se destaca el uso de moléculas pequeñas que actúan en la señalización celular y la respuesta inmune del paciente, y contribuyen directamente en la prevención de la inflamación que produce estas enfermedades. Por otro lado, existen terapias diseñadas para bloquear mecanismos específicos donde se produce la inflamación, causada por el ataque de los glóbulos blancos al intestino. De esa manera, estas terapias ofrecen un control más preciso sin suprimir por completo el sistema inmunológico, lo que disminuye el riesgo de infecciones y el desarrollo de neoplasias.
Karen Tapia, representante de la Fundación Carlos Quintana Filial Temuco, comenta que “es crucial ampliar los tratamientos cubiertos por la Ley Ricarte Soto debido a que un gran número de pacientes que sufren enfermedades inflamatorias intestinales no responde a las terapias tradicionales y tampoco a los tratamientos biológicos actualmente incluidos en la ley. Por esta razón, es urgente introducir nuevas tecnologías médicas que puedan beneficiar a esta significativa población de pacientes que no cuentan con tratamientos efectivos para su condición. Lo que han demostrado los pacientes que utilizan tratamientos biológicos y más aún los que sabemos que están disponible para nosotros pero que no están en la canasta o bajo protección de la ley, es que la calidad de vida de los pacientes se puede llegar a regularizar casi en un 100%, por lo tanto, la necesidad es imperiosa y rápida”.
Paulina Núñez destaca que “cuando la enfermedad se trata de manera adecuada, alcanzando la remisión de la enfermedad, las consultas médicas se simplifican y se centran en monitorizar los síntomas, y potenciales factores de recaídas y prevención a largo plazo, siendo similares a los controles regulares para adultos sanos. Aunque la enfermedad sea crónica, con un tratamiento constante y adecuado, es posible llevar una vida completamente normal”.
Desde ACTECCU también consideran que la disponibilidad de tratamientos innovadores tiene un impacto positivo, ya que reduce los costos asociados con incapacidades, licencias médicas y hospitalizaciones, por lo que se hace fundamental avanzar en políticas públicas que permitan incluir más terapias y beneficiar a un mayor número de pacientes.
¿Cómo puede diagnosticarse?
El diagnóstico es fundamental para identificar, no solo las zonas del intestino que están inflamadas, sino también la gravedad de las lesiones, lo que permite iniciar el tratamiento más adecuado de forma personalizada. Este diagnóstico debe ser realizado por un especialista del área e incluye examen físico, análisis de sangre, análisis de heces y colonoscopía, entre otros. Esta última es una técnica necesaria para establecer el diagnóstico de esta enfermedad ya que permite visualizar de forma directa la mucosa intestinal (capa más interna del intestino) y obtener biopsias6.
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal se puede tratar, pese a un diagnóstico grave
Aunque no existe una cura para este grupo de enfermedades, es posible controlarlas y favorecer su remisión. Se recomienda contar con un tratamiento y seguimiento multidisciplinario realizado por médicos gastroenterólogos, coloproctólogos, nutricionistas, enfermería y psicología para obtener mejores resultados. El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas de la EII, favorecer la remisión, mejorar la calidad de vida y ayudar evitar complicaciones7.
Fuentes
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Comprensión de la enfermedad inflamatoria intestinal. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0375090620300598
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Jairath V, Feagan BG. Global burden of inflammatory bowel disease. Lancet Gastroenterol Hepatol. 2020; 5(1): 2-3.
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Diagnóstico y seguimiento de la EII. Asociación Brasilera de Colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn (ABCD). Disponible en: https://abcd.org.br/wp-content/uploads/2019/07 / ABCD_cartilha_diagnosticando.pdf
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Revista Colombiana de Gastroenterología. Guía de práctica clínica para el tratamiento de la enfermedad de Crohn en población adulta. Disponible en https://revistagastrocol.com/index.php/rcg/article/view/637/960#content/citation_reference_7
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Janssen. Argentina. Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Disponible en https://www.janssen.com/argentina/educaci%C3%B3n-en-salud/enfermedad-inflamatoria-intestinal
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Clinic Barcelona Hospital Universitario. Diagnóstico de la Enfermedad Intestinal Inflamatoria. Disponible en https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/enfermedad-inflamatoria-intestinal/diagnostico
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Confederación ACCU Chron y Colitis Ulcerosa. Tratamiento médico. Disponible en https://accuesp.com/crohn-y-colitis/tratamiento/medico
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M. Calderón, N. Minckas, S. Nuñez, A. Ciapponi Inflammatory Bowel Disease in Latin America: A Systematic Review Value Health Reg Issues., 20 (2019 Jan 7), pp. 19-20
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