Exposición Belleza Digna en Puerto Montt

42cfee8f-74d5-41a4-be58-228c22dd540bHace algunas semanas se inauguró en la Sala Diego Rivera de PuertoMontt la exposición Belleza Digna del artista antofagastino Ángel ÁlvarezBon, quien lleva años en esta exploración de los imaginarios populares usando como un medio la pintura contemporánea, los objetos y el montaje de todo ello como aglutinador de la reflexión que nos trae en cada ocasión.En nuestra ciudad hemos podido ver cómo su obra se ha vinculado con la realidad de diferentes poblaciones, llegando en la actualidad a relacionarse con las comunidades de la Feria de las Pulgas Pantaleón Cortés y la cárcel del Nudo Uribe. Este desplazamiento, si bien, parte de un impulso territorial -tangible y físico- también sucede en otros planos de las prácticas artísticas: deriva necesaria de abordar para profundizar en las cualidades de este trabajo.

En este camino se desprenden una serie de elementos que conforman otras capas de significados en la reflexión crítica que se nos presenta, comprendiendo desde el presente que “la obra es la sobra del proceso”, idea que se a puesto de relieve en la circulación artística desde hace un tiempo y que permite volver a hablar del problema del entrelazamiento del arte con la vida cotidiana y común. Desde esta mirada la exposición pasa a ser un pretexto para encontrarnos afectivamente con las formas de lo social, donde hacen carne las sensibilidades de pobladoras y pobladores; donde vemos al cuerpo como sustancia de la historia, la cultura y las realidades. Además de ello, es posible pensar en otros desplazamientos del propio hacer del arte, que también tienen que ver con esta centenaria discusión de “arte y vida”.

Uno de ellos es la decisión del artista de abandonar el estatus de genio individual, que se relaciona con una noción de creatividad vinculada a una fuerza casi divina y sobrehumana, para quedarse en el lugar de ser un articulador de lo que acontece en diferentes realidades culturales, como un mediador que devela un ambiente y las relaciones del mundo popularantofagastino. La comunidad es lo central del proceso creativo, la conversación, la once, la caminata y el habitar en conjunto con una diversidad de seres que se afectan mutuamente. No es sólo la obra que recoge la imagen para llegar a ser un producto final, lo que vemos en una exhibición, es también el diálogo en el andar; y es, por sobre todo, la experiencia cultural de las poblaciones, que habitualmente no vemos representadas en el arte. Así se hace posible valorar el arte desde otra mirada, desde su rol cartográfico de un medio, donde se originan las

formas de expresión: universos cargados de sus propias imágenes,símbolos, costumbres, deseos e imaginación.

Luego, encontramos que la obra tampoco quiere regirse por preceptos académicos del arte, no quiere contentar a la crítica, hablar sobre el lenguaje de una disciplina o mostrar proezas en el dominio técnico de la pintura. Busca convivir con el habitar, con la vida cotidiana de los lugares, con sus tensiones, movimientos, tejidos vitales que se revelan a través de ella. Desde el nombre Belleza Digna la pintura busca dignificar a través de un gesto que valora la experiencia, hay historia detrás del cuerpo y sus marcas. Digno es quien no se deja degradar, Belleza una experiencia de goce frente a lo que nos rodea y de lo que somos parte. El arte no se construye separado de la vida, ensaya la vida, como la belleza no está sólo en la contemplación de una obra y su despliegue técnico: está en la vida que acontece, en su gesta que es tan doméstica como heroica.

Aparece esa vida popular que se recarga de una belleza diferente a los cánones hegemónicos que vemos circular entre las imágenes del mundo masificado y sus normativas que repercuten en nuestras formas de ver el mundo, el arte, lo social. Desparramada, aglutinada, es una estética relacional característica de una concepción contemporánea del hacer, que no pone en primer plano el objeto: “la obra de arte”. Belleza Digna quiere abrir un lugar para reflexionar este tipo de problemas, sin abandonar su carácter sensual y emotivo, nacido de los afectos siempre y en un andar de constante apertura. El andamiaje simbólico de lo real es un plano donde participa el arte, cómo nos vemos y cómo nos representamos son las preguntas que debieran aparecer en nuestras prácticas y que nos trae Ángel una vez más a través de este montaje.

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