La Ley de Eficiencia Energética ha redefinido en Chile el panorama energético de la gran minería, consolidando de esta manera un nuevo marco regulatorio que exige metas y plazos. En esa línea, los expertos mencionan las proyecciones en la materia para este año. Esta ley obliga a grandes consumidores de energía (más de 50 TCal anuales) a implementar un Sistema de Gestión de la Energía (SGE) y designar un Gestor Energético. Además, establece estándares de eficiencia para vehículos, edificaciones y fomenta la electromovilidad y energías renovables.
“La ley ha permitido sistematizar la detección de oportunidades de mejora y su trazabilidad en la operación. Ahora, es fundamental que las empresas sean capaces de demostrar los ahorros energéticos logrados de estas mejoras y el impacto real de sus esfuerzos”, opina Juan Peñailillo, gerente general de Negawatt, consultora nacional especializada en soluciones para la eficiencia energética.
Desde la entrada en vigor de la ley el 13 de febrero de 2021, la gran minería ha sido catalogada como Consumidor con Capacidad de Gestión de la Energía (CCGE), obligando a las compañías a implementar sistemas de gestión energética y a designar gestores energéticos dentro de sus organizaciones. Al respecto, Peñailillo sostiene que: “Vemos un cambio de paradigma. La eficiencia energética deja de ser solo una meta para convertirse en un elemento estructural dentro del modelo de negocio minero”.
Para el ejecutivo de Negawatt, la eficiencia energética se ha visto reflejada principalmente en aquellas áreas donde los procesos están mejor controlados; no obstante, señala que “el mayor potencial de mejora está en sectores con un alto grado de obsolescencia tecnológica, como algunos procesos térmicos, donde la medición de parámetros energéticos aún es incipiente”.
“Hoy, con la operación basada en nuevas tecnologías de la información, podemos tomar decisiones prácticamente en tiempo real, lo que nos permite optimizar el consumo energético de manera mucho más precisa y efectiva”, enfatiza el profesional, destacando que la innovación y la tecnología son claves para optimizar la eficiencia energética en la minería.
“Se están abriendo oportunidades muy interesantes, como la integración de tecnologías digitales para el monitoreo energético, el uso de analítica avanzada y herramientas de inteligencia artificial. Todo esto contribuirá a que la minería no solo sea más eficiente energéticamente, sino también más optimizada y segura del punto de vista operativo y de costos”, ejemplifica.
Principales retos
Entre los principales desafíos de la industria, el ejecutivo de Negawatt señala que la minería debe comenzar a mostrar resultados concretos: “Desde hace dos años, muchas empresas cuentan con un sistema de gestión de la energía, por lo que ya operan en régimen”.
Es importante recordar que, dentro de las exigencias del sector, se requiere la declaración de los resultados finales, lo que en este caso se traduce en proyectos de reducción del consumo energético. “Si bien los proyectos mineros son de largo plazo, al menos se espera que los ahorros generados por las iniciativas ya implementadas comiencen a declararse dentro del sistema de gestión de energía. En este contexto, la medición y verificación de los ahorros logrados se convertirán en una práctica cada vez más relevante”, concluye el gerente general de Negawatt.
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